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Channel: El cine ha muerto » Idris Elba
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¡Claro que importan los Emmy!

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Puede que al espectador medio no le importe demasiado el resultado de los Emmy que se entregan esta noche. Cada uno tiene sus favoritos y poco nos importa que se le dé o no una estatuilla: en nuestro corazón están los primeros. También hay quien ve en este tipo de galas otro caso del ombliguismo de Hollywood, otra ocasión de lucir palmito para actores y actrices. Todo ello puede ser cierto, pero también se comete un error subestimando la importancia del evento.

Hay pocas series de calidad realmente rentables para las cadenas. Algunas, inexplicablemente, sobreviven en el alambre, tanto en el cable como en los network. Y aunque a veces los números no cuadren, el prestigio que otorga la crítica y los malditos premios las mantiene vivas. Sólo por eso merecen la pena estos galardones, mucho más importantes que los Globos de Oro, que al fin y al cabo otorga la prensa extranjera acreditada en Hollywood y ésta me temo que no ve demasiado la tele.

O acaso alguien duda de que sin el amor incondicional de la crítica y los Emmy de Margulies y Panjabi ‘The Good Wife’ hubiera resistido en antena, por muy extraordinaria que sea? ¿O Fringe habría sobrevivido tras un año de angustias y agonía en los ratings, especialmente tras el traslado al ‘bloody friday’?

Llega un momento en el que las cadenas tienen que sacar tajada, sencillamente porque son un negocio, no hermanitas de la Caridad comprometidas con el bienestar intelectual de una pequeña y selecta audiencia. Es lo que le ha ocurrido este verano a la AMC, que ha recibido muchas, demasiadas, críticas, por hacer una pequeña parte de lo que las mayores cadenas hacen continuamente. Cuando una serie tiene éxito es normal que tanto su creador como su casting se suban a la parra y pidan una millonada. Es lo ocurrido con ‘Mad Men’, retrasada un año por las duras negociaciones de Weiner con la pequeña pero adorada cadena. O la pelea de gallos posterior entre Gilligan y los mismos ejecutivos por recortar episodios y presupuesto de ‘Breaking Bad’ pero con más temporadas. Nos puede escandalizar, pero las cifras de audiencia de ambos shows, los dos mejores de la televisión actual, no son para tirar cohetes: entre dos millones y tres millones de espectadores. Menos que ‘El barc0′, por poneros un ejemplo gráfico y brutal. El recorte también ha afectado al producto más exitoso pero quizás de menos calidad de la AMC: ‘The Walking Dead’. A Darabont le pidieron que redujera gastos y rodara más interiores, y se lió la marimorena, incluso con la salida del guionista y ‘showrunner’.

Por todo ello, el resultado de esta noche no es baladí. Y aunque todas las quinielas den como favorita a ‘Boardwalk Empire’, en la que la HBO se ha gastado una pasta tanto en filmarla como en promocionarla, aún no está a la altura de ‘Mad Men’. Ni el gran Steve Buscemi y su ‘Nucky’ Thompson le llegan aún a la suela del zapato, en términos de hito televisivo, al Don Draper de Jon Hamm. Es la gran oportunidad de Hamm para lograr una estatuilla que en las tres ediciones ha ganado, merecidamente, el enorme Bryan Cranston por la también enorme, y en esta edición ausente por motivos de calendario, ‘Breaking Bad’.

Y puestos a ser subjetivos, que para algo está el blog, perdonen los fans de Atlantic City cuando les diga que es una blasfemia comparar la deslumbrante cuarta temporada, con capítulos históricos como ‘The suitcase’, de los creativos de Madison Avenue, con esa buena copia, que seguro nos dará grandes satisfacciones, que es ‘Boardwalk Empire’.

Siguiendo con la subjetividad, si alguien debe disputarle el Emmy a Hamm ése es Kyle Chandler. Su entrenador Eric Taylor ha dejado huella. Puede que la quinta temporada, salvo uno de los mejores series finale que se recuerdan, no haya sido excepcional. Pero tanto Chandler como Connie Britton merecen reconocimiento por crear el mejor matrimonio de la historia de la tele. Será difícil que lo reciban.

En cuanto a secundarios, este año no se puede discutir con ‘Justified’, bajo riesgo de que a uno le peguen un tiro y lo tiren a una mina abandonada. Margo Martindale y Walton Goggins (incomprensible que su Shane de ‘The Shield’ nunca fuera ni nominado) están sublimes como reina y rey de la fauna de Harlan. Sólo un pequeño grandísimo actor, Peter Dinklage y su Tyrion Lannister (qué reto tan difícil y tan bien resuelto, darle vida a la criatura de Martin), y Michelle Forbes y su madre de ‘The Killing’ pueden cuestionar esos premios.

En cuanto a la mejor serie, por mucho dinero que se gaste la HBO y por mucho que todos le debamos a su apuesta por hacer televisión de calidad (“No es TV, es HBO”), la apuesta para competir con ‘Mad Men’ puede que sea equivocada: ‘Juego de tronos’ es mejor que ‘Boardwalk Empire’. ‘Justified’ ha tenido una segunda temporada majestuosa (¿qué hacías en ‘Falling skies’, Yost?), como ‘The Good Wife’, pero resulta chocante la presencia de la flojilla, por ser benevolentes, quinta temporada de ‘Dexter’, y la ausencia absoluta de ‘Treme’ en casi todas las categorías importantes.

En miniseries, Idris Elba por su atormentado ‘Luther’ (mejor la segunda temporada que la primera) y ‘Downton Abbey’, uno de los acontecimientos del año (que esta noche regresa a la televisión británica con su segunda temporada), deberían recibir los premios. Otra cosa es si lo harán.

Suerte para nuestros favoritos.


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